Día 5 de junio de 2020. Día Mundial del medio ambiente.
En la anterior entrada del blog os presenté el libro de “La
tierra herida”.
Para conmemorar el Día Mundial del Medio Ambiente desde el
Departamento de Orientación se pretendía trabajar con el alumnado y de una
manera interdisciplinar esta obra. Dada a la excepcionalidad de las
circunstancias y la proximidad de los exámenes finales no se ha podido realizar
ninguna actividad con el alumnado, por ello hemos creído conveniente extraer el
siguiente fragmento del libro que invita a la reflexión sobre nuestra manera de
actuar y cuidar el medio que nos rodea.
¿La
muerte de la tierra?
- Creo que tienes razón. ¡Coincidimos en lo
fundamental, así que no vamos a pelearnos a estas alturas, después de tantas
horas juntos! Además, hemos quedado en que el experto eres tú y hay que darte
crédito. En lugar de dedicar nuestro tiempo a distinguir entre problemas de
primera y segunda categoría, más vale que antes de terminar hablemos un poco de
cómo podemos salir de ésta, si es que se puede salir. Verás, ahora debo
confesarte que cuando empecé, como jugando, sin darle importancia, a
preguntarte sobre el clima, ya tenía la sensación, que no ha dejado de
acompañarme en los últimos años, de que las cosas iban de mal en peor. Alguna
vez he bromeado, incluso, con evidente humor negro, en que a este paso todavía
tendría tiempo de ser testigo presencial del tránsito universal. Yo pensaba,
antes de hablar contigo, que la Tierra se estaba suicidando, pero no sabía bien
cómo pretendía hacerlo, si envenenada por un exceso de barbitúricos, indefensa
por la pérdida total de la capa de ozono, agotados sus recursos, desangrada,
con las venas rotas, por la ausencia de agua en sus ríos, o abrasada a lo bonzo
por el calentamiento general. Todo lo veía posible. Hoy tengo la impresión de
que puede morir, pero no creo que haya decidido aún el método de suicidarse. En
otras palabras, me parece, por lo que te he oído, que no hay causas graves y
leves, o al menos que no es fácil diferenciarlas. Lo que amenaza es un colapso
general. Fallan muchas cosas, todas encadenadas entre sí. Unos desórdenes
precipitan otros, como ocurre en el cuerpo de un enfermo terminal. Estoy por
decir, incluso, aunque no pase de ser una imagen literaria, que el cambio
climático no es más que la fiebre de un planeta enfermo. ¿Acabará muriendo la
Tierra?, ¿se suicida?, ¿la matamos?, ¿o solamente aspiramos a ayudarle a bien
morir?
Miguel Delibes. La tierra herida.
¿Qué hábitos podríamos cambiar para dejar un planeta mejor a
nuestros hijos y nietos?
Departamento de Orientación.
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