Este año 2020 se cumple el
centenario del nacimiento del escritor Miguel Delibes, y justamente también el
décimo aniversario de su muerte. El novelista nace en Valladolid en 1920, y
muere en Valladolid en 2010. Estas conmemoraciones son solo un pretexto para
disfrutar de su magnífica y personalísima obra literaria, a la que debemos
volver siempre. Por eso, y aprovechando el periodo contemporáneo literario que
debemos estudiar en la asignatura de Lengua Castellana y Literatura, NiveII Módulo II, no nos hemos sustraído a la
tentación de compartir la admiración que siente el Departamento por la obra
artística de Delibes proponiendo la lectura de una de sus mejores y entrañables
novelas, El camino. Para ello, nos
hemos servido de la biblioteca virtual Librarium que ha sido un auténtico
descubrimiento tanto para mí, en la doble vertiente de profesora y usuaria,
como para mis alumnos de 4º ESPA MAÑANA, pues nos ha permitido acceder a esta
publicación a través de la creación de nuestro club de lectura “ Pasa página, ganarás vida”, que, de otro
modo, y teniendo en cuenta la situación de alarma creada, nos hubiera sido de
todo imposible. Además, hemos podido disfrutar de dos ediciones de la novela,
una la de Destino Libro, de 2020, y una segunda, sin límite de licencias, de
María Luisa Soleto, muy oportuna, dado el amplio número de alumnos en dicho
curso. Todos han elogiado el libro y creo que hemos plantado una semilla, que
me gustaría que creciera como el amante de la naturaleza que era Miguel
Delibes, quien dijo de sí mismo «Soy como un árbol, que crece donde lo
plantan». Sus ramas llegan hasta nosotros, pues dedicó gran parte de su vida a
una obra cimentada en la España de posguerra para concienciar al mundo de las consecuencias del consumismo y la
supresión de los valores éticos universales. Por eso, años después de su
muerte, las novelas de Delibes continúan resultando necesarias y mantienen su
vigencia tanto en sus letras como en sus adaptaciones teatrales y cinematográficas.
Gracias a Delibes y a Librarium por
darnos la oportunidad de ver y revivir una vez más su peculiar mirada y
su imprescincible reflexión.
María del Carmen Campos Campos
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